jueves, 6 de junio de 2013

Crítica de Assange en New York Times al Libro de Eric 'Google' Schmidt "La Nueva Era Digital"


La Banalidad del 'No Seas Malo'
Julian Assange
New York Times - 1 de junio 2013
Traducción: Sixto López

"La Nueva Era Digital", es un modelo sorprendentemente claro y provocador del imperialismo tecnocrático por parte de dos de sus mas prominentes magos, Eric Schmidt y Jared Cohen, quienes construyen un nuevo lenguaje para el poder global estadounidense del siglo 21. Este lenguaje refleja la unión cada vez mas cercana entre el Departamento de Estado y Silicon Valley, personificado en Eric Schmidt, presidente ejecutivo de Google, y Jared Cohen, ex asesor de Condoleeza Rice y Hillary Clinton y ahora director de Google Ideas.

Los autores se conocieron en el Bagdad ocupado en 2009, cuando se concibió el libro. Paseando entre las ruinas, celebraban la forma en que la tecnología de consumo estaba transformando una sociedad aplastada por la ocupación militar. Decidieron que la industria tecnológica podría ser un poderoso agente de la política exterior norteamericana.

El libro proselitiza el papel de la tecnología al transformar gentes y naciones del mundo, asemejándolos a la superpotencia mundial dominante, quieran o no ser transformados. La prosa es tersa, el argumento confiado y la sabiduría... banal. Pero este no es un libro diseñado para ser leido. Es toda una declaración dirigida a forjar alianzas.

"La Nueva Era Digital" es, mas alla de cualquier otra cosa, un intento de Google de posicionarse como visionaria de la geopolítica americana - la empresa capaz de responder a la pregunta "¿dónde debería ir América?" No es sorprendente que un respetable elenco con los mas famosos halcones de guerra del mundo hayan salido a la palestra para dar su sello de aprobación a esta incitación al poder blando de occidente. La parte de reconocimientos da un lugar privilegiado a Henry Kissinger quien, junto con Tony Blair y el ex director de la C.I.A. Michel Hyden, elogió anticipadamente el libro.

Los autores asumen felizmente la carga del friki blanco. (1) Un aderezo liberal de dignos y convenientes personajes, supuestamente de piel oscura: una pescadora congoleña, un diseñador gráfico de Botswana, activistas contra la corrupción en San Salvador, pastores Masai del Serengeti, son convocados obedientemente para demostrar las propiedades progresistas de los teléfonos Google conectados a la cadena de suministro informativo del imperior occidental.

Los autores ofrecen una versión expertamente banalizada de lo que será el mundo del mañana: la tecnología de las décadas venideras, predicen, es bastante parecida a la que hay ahora -solo que mas chula. El "progreso" es dirigido por la inexorable diseminación de tecnologías de consumo por la superficie de la tierra. Ahora mismo, cada día, otro millón de dispositivos móviles con Google [Android] son activados. Google se interpondrá, y con ella el gobierno estadounidense, entre las comunicaciones de cada ser humano que no esté en China (traviesa China). Los productos son cada vez más maravillosos; jóvenes profesionales de las urbes duermen, trabajan y compran con mayor facilidad y comfort; la democracia es insidiosamente subvertida por tecnologías de vigilancia, y el control es rebautizado de la forma mas entusiasta como "participación"; y así nuestro presente orden mundial de dominación sistematizada, intimidación y opresión contínua sin ser mencionado apenas, desafectado, o solo levemente obstaculizado.

A los autores les escuece el triunfo egipcio de 2011. Pasan arrollando por encima de la juventud, afirmando que "la mezcla de activismo y arrogancia de la gente joven es universal". Muchedumbres digitalmente organizadas significa revoluciones "fáciles de empezar" pero "mas difíciles de  terminar." A causa de la ausencia de líderes fuertes, el resultado, o asi dice el Señor Kissinger a los autores, será gobiernos de coalición que descienden a autocracias. Dicen que "ya no habrá más primaveras" [pero China está en las cuerdas].[2]

Los autores fantasean con un futuro en el que los grupos revolucionarios van "bien provistos". Una nueva "cosecha de asesores" usará "datos para construir y ajustar[fine-tune] las figuras políticas"

"Sus" discursos (el futuro no es tán diferente)(2) y su escritura se alimentarán "mediante un complejo software de 'extracción de características' y 'tendencias dominantes' mientras se cartografía su función mental" y otros "sofisticados sistemas de diagnóstico" se usarán para "calibrar las partes más débiles de su repertorio político".

El libro refleja tabús y obsesiones institucionales del Departamento de Estado. Evita una crítica significativa de Israel y Arabia Saudí. Pretende, de forma extraordinaria, que el movimiento por la soberanía en América Latina, que ha liberado a tantos de tantas plutocracias y dictaduras apoyadas por Estados Unidos en los últimos 30 años, nunca ha ocurrido. Refiriéndose en cambio a los "líderes en declive" [aging leaders], el libro es incapaz de diferenciar America Latina de Cuba. Y, por supuesto, el libro mete miedo con el coco favorito de Washington: Iran y Corea del Norte.

Google empezó como expresión de la cultura estudiantil independiente de California -una cultura alegre, humana, decente. En cuanto se topó con el mundo grande y malo se entregó a los elementos de poder tradicionales de Washington, desde el Departamento de Estado a la Agencia de Seguridad Nacional (#NSA).

A pesar de que supone una fracción infinitesimal de las muertes violentas en el mundo, el terrorismo es una de las marcas [brand] favoritas en los círculos políticos de Estados Unidos. Este es un fetiche que también ha de ser servido, y por eso hay un capítulo entero sobre "El Futuro del Terrorismo". El futuro del terrorismo, aprendemos aquí, es el ciberterrorismo.

Una indulgente sesión de alarmismo prosigue, incluyendo un escenario de película de desastres donde los ciberterroristas toman control del tráfico aéreo norteamericano y envían aviones contra los edificios, cierran redes de energía y lanzan armas nucleares. Los autores luego embadurnan a los activistas que realizan sentadas digitales con la misma brocha.

Yo tengo una perspectiva muy diferente. El avance de la tecnología de la información que representa Google anuncia la muerte de la privacidad para la mayoría de la gente y empuja al mundo hacia el autoritarismo. Esta es la tesis principal de mi libro, "Cypherpunks". Los señores Schmidt y Cohen nos dicen que la muerte de la privacidad ayudará a gobiernos en "autocracias represivas" a "perseguir a sus ciudadanos", pero también que los gobiernos de democracias "abiertas" lo verán como "un regalo", permitiéndoles "responder mejor a las preocupaciones de ciudadanos y clientes". En realidad, la erosión de la privacidad individual en occidente y la centralización de poder que acompaña hacen que los abusos sean inevitables, haciendo que las "buenas" sociedades se acerquen a las "malas".

La parte dedicada a "autocracias represivas" describe con desaprobación algunas medidas de vigilancia: legislación para introducir puertas traseras en el software que permitan espiar a ciudadanos, monitorización de redes sociales y recopilación de información de poblaciones enteras. Todo esto ya se hace de forma extensa en Estados Unidos. Nadie duda del efecto escalofriante que producen las investigaciones de la agencia Associated Press y el periodista de la Fox James Rosen. Pero ha habido poco análisis del papel de Google y su conformidad con el requerimiento judicial [subpoena] de James Rosen. Tengo experiencia personal con estas tendencias.

El Departamento de Justicia admitió en marzo que está en el tercer año de la investigación criminal de Wikileaks. Testimonios del tribunal afirman que sus objetivos incluyen "fundadores, propietarios o gestores de Wikileaks". Una presunta fuente, Bradley Manning, se enfrenta a un juicio de 12 semanas que comienza mañana. Se espera que 24 testigos de la fiscalía testifiquen en secreto.

Este libro es un trabajo siniestramente influyente en el que ninguno de los autores tiene el lenguaje para ver, y menos expresar, el titánico mal centralizante que están construyendo. "Lo que Lockheed Martin era en el siglo 20" nos dicen, "la tecnología y la empresas de ciberseguridad lo serán para el 21". Sin entender siquiera cómo, han implementado sin interrupción la profecía de Orwell. Si quieres una visión del futuro, imagina Gafas Google auspiciadas por Washington colocadas en caras humanas vacantes... para siempre. Los fanáticos del culto a la tecnología de consumo encontrarán poco que les inspire aqui, no es que siempre la necesiten. Pero esta es una lectura esencial para cualquiera atrapado en la lucha por el futuro, al vista de un simple imperativo: Conoce a tu enemigo.

(1) "White geeks's burden" presumible alteracion del título del poema de Rudyard Kipling "White Man's Burden" o la 'Carga del Hombre Blanco'. El tema del poema "es un mandato retórico al hombre blanco para que colonice a las demás razas en beneficio de éstas mismas, siendo su "carga" tanto la tarea como los propios pueblos a colonizar. A causa de este tema, así como de lo rotundo de su título, se convirtió enseguida en un emblema del dominio colonial y del eurocentrismo." Wikipedia.
El término "geek" usado aqui, refiere principalmente al "friki" o experto informático.

(2) En ingles usa el pronombre masculino "His", de ahí el comentario.

N.T. El 23 de Junio de 2011 tuvo lugar una reunión secreta entre Julian Assange, Eric Schimdt, Jared Cohen y otros. Schmidt y Cohen solicitaron la reunión para discutir ideas para su inminente libro "La Nueva Era Digital. Aqui se puede leer y escuchar (en inglés) la entrevista. Aqui una noticia en la prensa española haciendo referencia a esta entrevista.

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